Existe negligencia médica cuando, como consecuencia de no haber seguido los protocolos médicos aplicables, el profesional sanitario produce un daño al paciente.
Por tanto, es necesario que se den tres requisitos para poder hablar de la existencia de negligencia médica:
– Mala praxis, entendida como la no adecuación a los protocolos médicos, de la actuación sanitaria realizada.
– Daño efectivo, es decir, que se hayan generado perjuicios temporales o secuelas definitivas.
– Nexo causal, es decir, que el daño producido sea generado por la mala atención médica y no por otras circunstancias ajenas, como pueden ser, los propios antecedentes del paciente.
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